La prevención primaria abarca múltiples dimensiones, incluyendo la legislación y la salud pública, el empoderamiento del paciente y la inmunización, posicionando a los ciudadanos, los pacientes y la comunidad como las principales partes implicadas.

La evidencia clínica demuestra que patologías relacionadas con la oncología o cardiología requieren un diagnóstico y tratamiento temprano. Es muy importante dotar al proceso asistencial de soluciones flexibles, capaces de respaldar a los profesionales clínicos en la detección temprana.

Pruebas diagnósticas cada vez más rápidas, predictivas y eficaces. Consolidación de grandes laboratorios.  Laboratorios consolidados y de mayor magnitud. Para garantizar los niveles de eficiencia y seguridad que reclaman estos procesos se necesitan soluciones holísticas, competencias digitales y trabajo colaborativo en red.

En el «núcleo» del proceso, todas las partes implicadas necesitan componentes que respalden la compartición de información, la evaluación médica y enfermera, la gestión del ciclo de vida de los medicamentos y la integración de dispositivos médicos y robótica.

La demanda de servicios de rehabilitación está creciendo junto con la esperanza de vida y las enfermedades crónicas y discapacidades asociadas. Para conseguir la continuidad del proceso asistencial se precisa soluciones para la planificación, provisión y control de actividades y recursos.

La variedad de actividades que conforman la asistencia postratamiento y poshospitalización implica el compromiso del paciente, pero también el respaldo que este necesita de numerosos profesionales de la salud. Todos ellos deben estar informados de su plan de tratamiento, comprometidos con él y respaldados para su ejecución.

El paciente, su familia y el profesional sanitario están asistidos por un equipo multidisciplinar de especialistas que pueden compartir datos clínicos, asistenciales y sociopsicológicos tanto en hospitales, en centros sociosanitarios, como en el hogar.